Ya llegó el buen tiempo y el calor, momento de preparar nuestra piscina para su uso.

            El primer paso a seguir es retirar todos los residuos antes de quitar la cubierta. En la superficie de la cubierta se habrán depositado, durante el invierno, agua y hojarasca, y se deben drenar y limpiar tan a fondo como sea posible. Si hiciese falta una bomba sumergible puede ser útil en este proceso.

            El segundo paso es retirar la cubierta, preferiblemente con la ayuda de otra persona, limpiarla bien y dejarla secar. Evitar dejar la cubierta sobre el césped ya que por muy pocas horas que se deje, por el efecto de calor procedería a quemarlo. Espolvoree la cubierta con talco o equivalente para su posterior almacenamiento en un lugar seco y fresco. 

            Tercer paso,  si hemos tenido el motor parado es necesario hacerle una revisión y ver en qué estado se encuentra. Se debe limpiar la cesta del prefiltro y revisar las juntas y válvulas para ver  que tiene un correcto cierre.

            Cuarto paso, si durante el invierno hemos estado utilizando productos de hibernación, nos deberíamos encontrar con una agua transparente y bastante aceptable, si no es así deberemos de tratar el agua y posteriormente pasar el limpiafondos para que quede en perfectas condiciones.

            Para este punto es muy importante descubrir y entender la estrecha relación entre el cloro y las piscinas. Para el pH el valor ideal para una piscina es entre 7 y 7,2. Cuando nos alejamos del valor ideal hacia abajo, es decir del 6 o menos, el agua es bastante ácida, esto provoca irritaciones en la piel, ojos y mucosas. Si el pH se aleja del valor ideal hacia arriba, es decir por encima del 8, también hay efectos negativos. El cloro no puede combinarse con la materia orgánica si el pH es alto. Cuanto más alto sea el pH, menos efecto hace el cloro. Esto provoca que con un pH alto, las algas aparezcan con mucha facilidad, y no se solucione añadiendo cloro.

            Otro efecto del pH alto es que la cal no se disuelve, por lo que tiene mayor facilidad para solidificarse en forma de incrustaciones, tanto en las tuberías como en las paredes de la piscina. Aparte de los efectos estéticos que puede tener ver unas líneas blancas en las paredes, la arena del filtro puede llegar a apelmazarse por el exceso de cal, sobre todo si se usa un agua con mucha alcalinidad. Los cloradores salinos atraen la cal como imanes, por lo que se les incrusta rápidamente. Por eso hay muchos profesionales de las piscinas que recomiendan estabilizar el pH antes de aplicar ningún otro producto.

El quinto paso, sería aspirar el suelo y las paredes, y retirar todas las hojas de la superficie.

Y por último una vez limpia llenaremos la piscina hasta dejarle de nuevo en sus niveles adecuados. Y como colofón sólo nos queda coger nuestro teléfono para mandar los whatsapp y organizar la barbacoa de inauguración de la temporada de piscina ?.